El proceso terapéutico del ego al Sí mismo
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En el sendero de individuación hacia el Sí mismo vamos atravesando diversos pasajes donde nos perdemos: culpa, miedos, victimismo, dependencias, conflictos con el padre y la madre, desencuentros con la pareja, sufrimiento, separaciones, crisis y pérdidas; diferentes aspectos de los que es necesario tomar conciencia para sanar y trascender. De la personalidad a la esencia, del ego al Sí mismo, desde las defensas, corazas, estructuras mentales, condicionamientos y limitaciones de una personalidad -que nos ha sido necesaria para afrontar la realidad y situarnos en el mundo-, a soltar, abandonar y trascender esas capas del ego que nos comprimen y no nos dejan ser los seres auténticos, amorosos y compasivos que en realidad somos.
Nuestro Ser esencial busca encaminar nuestro destino, guía nuestra evolución para que nos expandamos y lleguemos a ser quienes somos, muchas veces a través de circunstancias adversas. En realidad, nos encontramos con determinados acontecimientos vitales, crisis, conflictos y desafíos porque los necesitamos para llegar a ser lo que verdaderamente somos, para alcanzar esas cualidades o aspectos que no se desarrollarían si no los viviésemos, para que nos trasformemos interiormente, evolucionemos y nos dirijamos hacia ese destino.
El proceso de autoconocimiento requiere atreverse a adentrarse en territorios desconocidos en la búsqueda de uno mismo. Una elección consciente de embarcarse en un viaje interior; un viaje para el que hace falta coraje, valentía, determinación, compromiso, paciencia y perseverancia. Un viaje que merece la pena porque ¿qué puede ser mejor que conocerse, aceptarse, respetarse, ser fiel a uno mismo, evolucionar, estar bien conectado con el interior y volverse un ser humano auténtico y genuino? Posiblemente ser todo eso para conectar profundamente con los demás y compartirlo con ellos.
La trayectoria vital del ser humano consiste en compaginar el trabajo psicológico y el espiritual, construirse primeramente un ego para después llegar a trascenderlo. Aparentemente parecen actividades opuestas, pero en realidad son complementarias. La transformación de la personalidad es llegar a convertirnos en lo que realmente somos, como si de un proceso alquímico de purificación se tratase. Para finalmente encontrar ese lugar de luz y quietud interior a partir del que nuestras relaciones sean cada vez más auténticas y comprometidas, desde la apertura de corazón y la presencia amorosa, libres del pasado y del futuro. Y desde la vulnerabilidad que emerge de la aceptación de la impermanencia de todos los fenómenos y la conciencia de la fugacidad de los todos los instantes.
Ascensión Belart es psicóloga terapeuta y autora del libro Un viaje hacia el corazón. (Ed. Herder.)
Revista Namaste
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