Cuando somos niños, el temor se nos inculca a la mayoría de nosotros en la escuela y en el hogar. Ni padres ni maestros tienen la paciencia, el tiempo, y la sabiduría para disipar los temores instintivos propios de la niñez, los cuales, según vamos creciendo, dominan nuestras actitudes y nuestro criterio y nos crean muchos problemas.
La verdadera educación debe tener en consideración este problema del temor, porque el temor deforma nuestra visión global de la vida.
No tener miedo es el principio de la sabiduría, y sólo la verdadera educación puede lograr la liberación del temor, en la cual existe unicamente la profunda inteligencia creadora.
Sólo podemos liberarnos del temor cuando nos conocemos a nosotros mismos.
Si uno quiere comprender y librarse del temor, debe comprender también el placer, ambos están relacionados entre sí. Son las dos caras de la misma moneda. No se puede estar libre de uno sin estar libre del otro: si se nos niega el placer nos aparecerán todas las torturas psicológicas.
El sabio hindú Krishnamurti se pregunta: ¿Cuál es la causa del miedo? Y responde: el pensamiento y el tiempo. El tiempo causa miedo si se lo entiende desde “lo que debería ser” o “lo que debería suceder”. El tiempo se traduce al pensamiento como “la respuesta de la memoria”. El pensamiento entonces, entendido de esta manera, es también una de las causas del miedo, considerada como un movimiento unitario de la dupla tiempo-pensamiento. ¿Qué opinan al respecto?
1 comentario:
Muchas gracias Guzmán por visitar el blog, y gracias por este maravilloso regalo, es precioso, muy profundo.
He visitado también tu blog, me gustan tus aportaciones, muy interesantes, te sigo.
Bendiciones,
Sat Nam
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