Salmo 22: El Señor es mi pastor
“Al final de una cena en un castillo inglés, un famoso actor de teatro entretenía a los huéspedes declamando textos de Shakespeare. Después se ofreció a que le pidieran alguna pieza extra. Un tímido sacerdote pidió al actor si conocía el salmo 22. El actor respondió: ‘Sí, lo conozco, pero estoy dispuesto a recitarlo con una condición: que después lo recite usted’. El sacerdote se sintió incómodo, pero accedió. El actor hizo una bellísima interpretación, con una dicción perfecta: ‘El Señor es mi Pastor, nada me falta...’ Al final, los huéspedes aplaudieron vivamente. Llegó el turno al sacerdote, que se levantó y recitó las mismas palabras del salmo. Esta vez, cuando terminó, no hubo aplausos, solo un profundo silencio y el inicio de lágrimas en algún rostro. El actor se mantuvo en silencio unos instantes, después se levantó y dijo: ‘Señoras y señores, espero que se hayan dado cuenta de lo que ha sucedido esta noche: yo conocía el salmo, pero este hombre conoce al Pastor”.
1 El Señor es mi pastor, nada me falta:
2 en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas
3 y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
4 Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. 5 Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
6 Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
Fuente: http://www.cipecar.org/es/c/?iddoc=1907
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